Gnocchis con queso de oveja y tocino

Halušky con brynza, halušky con chucrut y en general halušky como receta se han hecho típicas en nuestra cuenca checa. Halušky provienen de Eslovaquia, donde juegan un papel como comida nacional. Cuando se añaden patatas ralladas a la masa, se obtiene un plato que se llama strapačky. Halušky también se pueden servir con semillas de amapola o mermelada, sin embargo, las más populares son las halušky con brynza. La receta de halušky es densa y muy sustanciosa, lo que la convierte en perfecta para el invierno, ya que calienta de manera confiable. Las halušky y su receta también son muy sencillas, por lo que cualquier cocinero o cocinera principiante puede manejarlas. Esta receta es para halušky con brynza y tocino.
Ingredientes, es decir, lo que necesitas
750 g patatas
250–300 g harina de trigo
150 g queso campesino
100 g tocino
aceite
sal
Pasos de la receta
Primero, pela y ralla las patatas en un rallador fino. Añade sal y agrega harina. Esto creará una masa que debería pegarse idealmente.
En una olla grande, lleva agua a ebullición. Luego, prensa la masa a través de un colador con agujeros grandes en el agua. Una vez que floten a la superficie, déjalas cocer durante 5 a 7 minutos. Luego, retíralas con un tamiz. No cocines todas las bolitas a la vez, sino divídelas, por ejemplo, en tres partes, para que no se amontonen en la olla y todas se cocinen uniformemente.
Mientras se cocinan las bolitas, en un poco de aceite caliente, fríe el tocino cortado en cubitos. Luego, mezcla las bolitas aún calientes directamente en la sartén con el tocino, el bryndza y el tocino. Sirve de inmediato.
Información adicional sobre la receta Gnocchis con queso de oveja y tocino
Halušky con brynza y panceta es un plato tradicional eslovaco que combina sabores simples en un todo armónico. Halušky, pequeñas bolas de masa de patata, se mezclan con brynza, un suave queso de oveja que aporta una textura cremosa y un sabor inconfundible. La panceta, cortada en cubitos y frita hasta quedar crujiente, añade un elemento salado y potente que complementa a la perfección la suave brynza y los halušky de sabor neutro. Este plato no solo es sabroso, sino también nutritivo, y representa una fusión perfecta de ingredientes tradicionales de la cocina eslovaca.