Chicharrones y manteca casera

Los chicharrones representan un manjar tradicional checo, que nos gusta disfrutar con pan y cerveza. La preparación casera de chicharrones definitivamente no es complicada, pero…
Ingredientes, es decir, lo que necesitas
2 kg de manteca de cerdo
100-150 ml de agua
100 ml de leche
sal
Pasos de la receta
La manteca la cortamos en cubos de 2x2 cm y los colocamos en una cacerola más ancha.
Cubrimos la cacerola con una tapa y a fuego bajo comenzamos a calentar la manteca. Este proceso dura aproximadamente 30 minutos. Durante este tiempo, la manteca se liberará.
Después de 30 minutos, retiramos la tapa y comenzamos a revolver la manteca regularmente. Cuando comiencen a pegarse al fondo, añadimos aproximadamente 50 ml de agua y las dejamos seguir cocinando. Este proceso dura alrededor de 1,5 a 2 horas.
Durante la cocción es posible añadir un poco de agua a la manteca, de 1 a 2 veces.
Cuando la manteca comience a flotar en la grasa, la colamos a través de un colador, la devolvemos a la cacerola y continuamos friéndola.
Cuando la manteca se dore de forma dorada, añadimos leche y esperamos a que la leche se evapore por completo. Gracias a la leche, la manteca se oscurece y tendrá un sabor excelente.
Al final, la manteca pasará nuevamente por un colador, la dejamos escurrir y enfriar.
Salamos la manteca justo antes de servir.
Vertemos el resto de la manteca en frascos y la dejamos enfriar completamente. Luego la almacenamos en el refrigerador y la utilizamos más tarde.
Información adicional sobre la receta Chicharrones y manteca casera
Los chicharrones y la manteca son delicias tradicionales de la cocina checa. Los chicharrones, elaborados con carne de cerdo, son sabrosos y crujientes, ideales como aperitivos para la cerveza o sobre pan. La manteca, que se obtiene durante la preparación de los chicharrones, es una rica fuente de sabor y nutrición, y se utiliza a menudo para cocinar o como untable. Estas delicias son especialmente apreciadas por quienes valoran la comida honesta y rústica, llena de tradición y de un ambiente hogareño. Servidos con cebolla y pepinillos en vinagre, representan una combinación popular que complace a cualquier amante de la gastronomía checa.