Conservación de cerezas

Conservación de cerezas es un gran evento cada año, porque ¿quién podría resistirse a esta divinamente jugosa fruta? Conservación de cerezas también se facilita por el hecho de que se estropean rápidamente, y quien no quiera repetir este año la receta de bizcocho o la receta de mermelada, puede dedicarse a conservar. Lo más importante en este proceso es la limpieza. Los frascos y tapas deben estar perfectamente limpios o esterilizados, y las cerezas deben lavarse bien. Si encuentras algunas que tengan gusanos, déjalas en remojo toda la noche en agua vinagrada. Los gusanitos saldrán obedientemente y así tendrás la fruta sin sus habitantes originales. Conservación de cerezas se puede hacer de dos maneras – en una olla o en el horno, depende de ti. En cualquier caso, un compota de cereza te dará mucha alegría y servicio durante los meses de invierno. Aquí tienes las instrucciones para conservar cerezas en una olla.
Ingredientes, es decir, lo que necesitas
cerezas
azúcar
agua
Pasos de la receta
Llena la mitad de los tarros calientes con cerezas, luego añade dos cucharadas de azúcar a cada tarro y completa con más cerezas.
Vierte un almíbar caliente sobre las cerezas, que preservará la fruta, o al menos agua caliente hervida. Para 1 litro necesitarás aproximadamente 300 gramos de azúcar.
Cierra bien los tarros con cerezas y esterilízalos en una cacerola a 85 °C durante unos 20-25 minutos. Luego, sácalos, revisa la tapa para asegurarte de que esté bien ajustada y, tras enfriarse, colócalos boca abajo.
Información adicional sobre la receta Conservación de cerezas
La conservación de cerezas es una actividad veraniega popular que permite mantener el sabor de la fruta dulce incluso durante los meses de invierno. Las cerezas frescas se lavan cuidadosamente y se les quitan los tallos. Luego se colocan en tarros esterilizados, se cubren con un almíbar ligeramente endulzado y se cierran. Los tarros se calientan posteriormente al baño maría para asegurar una larga duración. El resultado es una deliciosa mermelada, ideal para pancakes, en yogures o como parte de postres. Este método casero de conservación no solo preserva el sabor, sino también los nutrientes, y aporta el encanto del verano a su mesa en cualquier momento del año.